El actor asegura que la orinoterapia es su fuente de juventud
La sorprendente rutina de Sebastián Ligarde
Sebastián Ligarde ha vuelto a llamar la atención, no por sus papeles en la televisión, sino por la inusual técnica con la que afirma mantener su apariencia juvenil a los 72 años: la orinoterapia. Según el actor, esta práctica ha sido parte de su rutina diaria durante más de cuatro décadas, con resultados que —según él— hablan por sí solos.
Un método poco convencional
Durante una entrevista con la periodista Matilde Obregón, Ligarde reveló que lleva 45 años usando su orina como tratamiento facial. Esta técnica le fue recomendada por una actriz con la que compartió escenario en 1980. Él la recuerda como una mujer de belleza sorprendente, cuya edad real superaba por mucho la que aparentaba.
«Parecía de 40, pero tenía 64», recordó el actor. Fascinado por este impacto visual, recibió de ella un libro sobre orinoterapia que, asegura, cambió su perspectiva sobre el cuerpo humano. La orina, según este texto, no sería un desecho, sino “sangre en una etapa distinta”.
¿Qué dice la ciencia?
Sebastián Ligarde sostiene que la urea, uno de los principales componentes de la orina, ha sido científicamente reconocida como un humectante eficaz. Es esa propiedad la que aprovecharía al aplicarla directamente sobre su piel. Según afirma, desde hace 20 años no usa cremas, botox ni cirugías cosméticas. Solo confía en su propio cuerpo para el cuidado del rostro.
«No hay crema, ni cara ni barata. No hay cirugía, no hay botox. Mi rostro es natural», expresó con orgullo.
¿Tiene efectos secundarios?
En cuanto a los efectos no deseados, el actor asegura que el olor es mínimo y solo perceptible durante los primeros minutos tras la aplicación. Además, no se lava el rostro después, ya que —según él— la urea debe actuar todo el día.
¿Moda o mito?
Aunque la orinoterapia ha sido practicada en distintas culturas a lo largo de la historia, no existe evidencia científica sólida que respalde sus beneficios cosméticos. Los expertos en dermatología suelen advertir sobre los posibles riesgos de aplicar sustancias no esterilizadas en la piel.
No obstante, Sebastián Ligarde defiende esta práctica con convicción, afirmando que su aspecto es prueba suficiente de su efectividad. ¿Milagro biológico o sugestión personal? El debate sigue abierto.