Una condición que afecta su piel y su bienestar
La figura pública Michelle Salas ha sido conocida por su transparencia al hablar sobre su vida, y esta vez no ha sido la excepción. En días recientes, se ha abierto con sus seguidores para hablar sobre el melasma, una afección cutánea que le ha generado frustraciones y desafíos en su rutina de cuidado personal.
Un diagnóstico sin cura, pero con control posible
Durante una historia compartida en su cuenta de Instagram, Michelle explicó que los primeros síntomas aparecieron hace un par de años, cuando notó manchas solares en su rostro. Estas marcas han sido atribuidas al melasma, una alteración pigmentaria que no cuenta con cura definitiva.
“Desde hace un par de años me empezaron a salir manchas de sol y, la verdad, ha sido súper frustrante porque no es algo que se quite por completo”, comentó la influencer. Esta experiencia ha sido descrita por ella como un proceso emocionalmente difícil, debido a los estándares estéticos a los que se encuentra constantemente expuesta.
Cómo se puede tratar el melasma
Aunque no puede eliminarse por completo, el melasma puede ser mantenido bajo control mediante tratamientos adecuados. Michelle señaló que, gracias a la constancia y al seguimiento médico, ha logrado mejorar la apariencia de su piel: “Sí se puede mantener bajo control con constancia y el tratamiento adecuado”, afirmó.
Esta afección, que es más común en mujeres, puede ser agravada por la exposición solar sin protección, desequilibrios hormonales y factores genéticos. Por eso, se recomienda el uso diario de protector solar y visitas periódicas al dermatólogo para determinar el mejor enfoque terapéutico.
Otro reto de salud: contractura en el trapecio
Además del melasma, Michelle compartió que ha estado lidiando con una fuerte contractura muscular en el trapecio. Esta molestia le ha sido tratada por indicación médica con inyecciones de bótox terapéutico, una práctica que busca relajar el músculo afectado y prevenir que el nervio quede atrapado.
“Me recomendó ponerme bótox en el trapecio para relajar el músculo y evitar que el nervio se enganche”, explicó.
Conclusión
La historia de Michelle Salas resalta cómo incluso quienes viven bajo los reflectores pueden atravesar problemas de salud que afectan su calidad de vida. Su apertura no solo genera empatía, sino también conciencia sobre condiciones como el melasma, que aunque no sean peligrosas, impactan profundamente en la vida cotidiana.